Permitidme,
por favor, quitarme esta tarde la máscara... necesito hablar,
necesito sentir con la esperanza de dejar de sufrir... por lo menos
sincerándome...
Con
catorce años, cuando la orientadora de mi centro escolar, estableció
mi capacidad intelectual muy superior a la normal... entendí que eso
debía ser lo que hacía que yo fuese tan rara.
Y
digo rara porque cuando en el parvulario con cuatro años comenzaban
con las letras, yo ya asistía por las tardes a la Academia Álvarez,
en Teatinos, Oviedo, donde me ponían ejercicios de multiplicaciones
y divisiones... Pero... en la clase de parvulitos yo era la primera
en aprender la letra "a"... comencé a ocultarme...
¿No
percibió mi maestra de párvulos nada raro en mi?... Quizás ya
llevaba mi máscara puesta.
A
medida que fui creciendo, la máscara seguía acompañándome... gran
aliada para evitar que me señalasen con el dedo... pero me sentía
tan criticada que a los ocho años mis padres me cambiaron de centro
escolar...
¡Qué
buena noticia!... gente nueva, desconocida...
En
la universidad sentía vergüenza... todos tenían problemas con el
cálculo, con álgebra... y yo no... Me atraía la física
cuántica... y no lo podía comentar para que no me aislaran...
A
pesar de llevar la máscara encima, de haber adoptado un aspecto
físico tan grotesco, la panky me llamaban (hoy en día hubiera sido
bautizada con gótica más bien), mis resultados académicos me
delataban....
He
sentido vergüenza por recibir premios por mi expediente académico,
por recibir una beca para trabajar en el departamento de energía de
la Universidad de Oviedo, vergüenza por haber sido contratada como
inspectora en el Ministerio de Medio Ambiente... por haber sido
seleccionada como persona con talento por una multinacional
americana... vergüenza... es lo que sentía y siento...
Actualmente
sigo con mi máscara, no quiero ser discriminada en mi centro
laboral... por mi familia... y por mis pocos amigos...
Sin
la máscara soy demasiado vulnerable, demasiada recepción
sentimental de mi entorno... por eso me ayuda a renegar a los
sentimientos, a evitar sentir para no ser dañada... no quiero sentir
para no sufrir... y no quiero que se me vea...
Me
pregunto qué vida es mi vida, ¿es mi vida o es la vida de mi
máscara?... porque ... ¿quién soy yo?
No
me encuentro... me siento sola... estoy sufriendo... ¿por qué no me
protege mi máscara?
- ANÓNIMO -
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